Breve Historia
Nace en China como arte marcial interno para la lucha cuerpo a cuerpo. Parece que sus raíces llegan hasta el siglo XIV y se habría ido transmitiendo siempre dentro de un círculo estrecho de personas, un monasterio o una familia.
Hoy se lo considera cada vez más como una práctica físico-espiritual para mejorar la calidad de vida, tanto física (es provechoso para la salud) como mental (técnica de meditación en movimiento).
Se basa en combinar de forma armónica los tres fundamentos en los que se sustenta: el movimiento corporal, la concentración mental y la realización de una respiración consciente.
Existen dos modalidades principales: el estilo Yang (con movimientos lentos y suaves) y el estilo Chen (se pasa de la relajación a la explosión en un solo movimiento).
En los diferentes estilos y escuelas se practican diferentes ejercicios básicos, tales como movimientos individuales, ejercicios posturales, de respiración y de meditación. Con ellos se consigue soltar las articulaciones, relajar el cuerpo y modificar poco a poco la postura, con el fin de evitar sobrecargas inconvenientes de las articulaciones. Para ello, con frecuencia, se utilizan ejercicios de los sistemas del Chi Kung.
Aparte del entrenamiento en formas individuales (que se componen de varios «cuadros», «pasos» o «figuras») con secuencias predefinidas, se realizan también ejercicios o formas completas entre dos personas, que pueden considerarse formas previas a la lucha propiamente dicha (el más conocido es el Tuishou).
En el Tai chi pueden utilizarse armas o artefactos como la espada o el sable chino, el palo, la lanza, el abanico o las mazas. En los movimientos del Tai Chi Chuan, la dualidad yin - yang juega un rol importante. Se relaciona con los principios del Taoismo, que hasta la década de los 60 no llega a occidente, difundiéndose de forma más simple y abreviada, lo que ha facilitado su extensión (hoy lo practican millones de personas en todo el mundo).